El corredor nos comentó que está entrenando muchísimo y que en noviembre Yamaha le entregará su cuadrimoto nueva. De todas formas ya está desarrollando la misma máquina hace casi un año, lo que aminora la posibilidad de problemas durante la competencia.
Dice que tiene el Dakar en la cabeza todo el tiempo, que quedan 98 días y sólo se relaja entrenando o sacándole el “jugo” a la moto, para así lograr el mejor resultado posible.
Ignacio está muy positivo, indicándonos que podría llegar a ser la primera persona en el mundo en terminar todas las categorías del Dakar, refiriéndose a que el próximo año quiere competir en automóvil, habiéndolo hecho ya en camión y motocicleta.
Respecto a su auspiciador, nos recuerda que lleva 2 años con Yamaha y que es piloto oficial en línea off road, sintiendo un gran apoyo de esta empresa.
Nos comenta que el año pasado se inscribió gratuitamente en el Dakar recién en noviembre, gracias a la wild card, y tuvo sólo 2 meses para prepararse, entonces no llegó de la mejor forma. En cambio este año está full, la moto está en un 80% lista y físicamente se siente óptimo. “El año pasado por esta época ni sabía si iría al Dakar”, nos acotó.
Respecto a su relación con el piloto Emiliano Fuenzalida, compañero de Yamaha, manifestó la empatía y compañerismo existente, entrenando juntos a veces en Ritoque, dos veces por mes, debido a que Fuenzalida vive en el norte del país.
