La idea del proyecto nació cuando se vio la necesidad de tener un lugar en donde los visitantes pudieran tener una visión completa de cómo es la forma de vida a orillas del Lago Titicaca. Pero no sólo se pensó en los visitantes, sino también los estudiantes de las escuelas de Okola, para quienes se buscaba tener un lugar en donde tuvieran la oportunidad de aprender más sobre su propia cultura.
En la escuela principal de Santiago de Okola existía un aula que no estaba en uso y así surgió la idea de utilizarla para crear un museo donde se pudiera mostrar todo esto. Paso a paso, los miembros de la comunidad, con ayuda de diversas organizaciones, lograron construir el museo. Nuestro equipo de viSozial apoyó en la construcción del museo a través de la refacción del aula, junto con la ONG Ucodep. Esta última está se mantiene activa en labores relacionadas al turismo rural y por su parte, se hicieron cargo de financiar muebles e iluminación.
El día más duro fue un día antes de la inauguración… El tiempo era corto y había mucho que hacer. Ese día, todos trabajaron en equipo para acomodar los objetos donados para el museo. Colgaron los paneles, cambiaron vidrios, limpiaron ventanas… y por supuesto, pusieron un gran letrero en la entrada que dice: “Museo comunitario Santiago de Okola”. Mientras tanto, Lucía de nuestro equipo de La Paz junto a mí y un grupo motivado de la comunidad trabajábamos poniendo nombres a todos los objetos, incluyendo trajes de carnaval de los años 50 y cerámicas antiguas. En el patio de la escuela trabajaban los chicos de secundaria haciendo una maqueta de la comunidad. Con papel maché, formaron las colinas que rodean la comunidad, incluyendo el Dragón Dormido, una formación rocosa distintiva del lugar.
En la mañana del jueves todo se terminó justo a tiempo y llegó un bus lleno de visitantes. Algunos representantes de agencias de viajes, hoteles, escuelas de idiomas y otras organizaciones que habían aceptado la invitación a la ceremonia de inauguración. Los alumnos del colegio los recibieron con una pequeña presentación de poesía y danza. Cantaron todos juntos el himno nacional de Bolivia mientras se izaba la bandera.
Después del acto, todos pasaron a conocer el nuevo museo de la comunidad.
Cuando todos terminaron de ver el museo, recorrimos la comunidad hasta llegar a la playa, a orillas del Lago Titicaca. Después del paseo, almorzamos en el jardín de Natalia, una de las personas que recibe a nuestros visitantes que llegan a la comunidad. Todos participaron en el almuerzo, incluso el alcalde del municipio apareció para compartir con todos nosotros.
EssenOkolaLos habitantes de Santiago de Okola ahora son los orgullosos propietarios de un museo de la escuela y de la comunidad. La comunidad es más rica no sólo por una atracción, sino también porque ha crecido gracias al trabajo en equipo de todos. Esta iniciativa es una manera de lograr que los jóvenes en el país tengan un incentivo para seguir siendo leales a su pueblo y no emigrar a la ciudad. Escríbenos y danos tu opinión frente a esta iniciativa. ¿En tu país has tenido la oportunidad de vivir alguna experiencia en un proyecto social? Comparte con nosotros esta experiencia!
